Una de las primeras indicaciones que, seguramente, te habrá hecho tu profesor: "La respiración es siempre por nariz y nunca por la boca". Por qué?
Si bien el hombre está dotado de la posibilidad de respirar tanto por la boca como por la vías nasales, es cierto que muchas de las enfermedades a las que está
expuesto el hombre civilizado provienen indudablemente de la costumbre de
respirar por la boca.
El único aparato protector o filtro de los órganos
respiratorios son las fosas nasales. Cuando se respira por la boca, no hay nada
que filtre el aire en el trayecto de este hasta los pulmones,
deteniendo el polvo o cualquier otra materia extra.
Las fosas nasales son dos canales estrechos y tortuosos que contienen numerosos pelos destinados a servir de tamiz y detener las impurezas del aire, que luego expulsaran las exhalaciones.
Además, las fosas nasales tienen otra función esencial para la respiración. Están tapizadas por una membrana mucosa cálida, que tiene por objeto calentar el aire inhalado, de modo que no pueda perjudicar a las vías respiratorias, ni a los pulmones.
La inflamación de los órganos respiratorios proviene, con
frecuencia, de la inhalación del aire frío por la boca. Quien respira
así durante la noche se despierta siempre con una sensación de sequedad en el
paladar y garganta.
Cuando el aire penetra así en los pulmones, es tan distinto del aire exterior, como el agua destilada difiere del agua mineral.
Y la exhalación?
Las impurezas detenidas por la membranas mucosas de las
fosas nasales se arrojan con la exhalación y en caso de que se hayan acumulado
demasiado rápidamente o conseguido penetrar en regiones prohibidas, la
naturaleza nos protege suscitando estornudos que expulsan violentamente las
materias extrañas.
Es así que quien respira
habitualmente por la nariz esté menos expuesto a sufrir las molestias causadas por la
acumulación de mucosidades y otras sustancias en las fosas nasales.
Namaste!
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