viernes, 19 de diciembre de 2014

Yoga y altas temperaturas.

Aunque el calor nos pueda dar un poco de letargo y pensar en movernos puede no ser la idea más atractiva de todas, nuestro cuerpo sigue necesitandolo. 
Mantener su flexibilidad y fortaleza, oxigenarse y desintoxicarse, y también brindar energía para el funcionamiento adecuado de los órganos internos y procesos vitales. 
Nuestra mente también necesita los efectos calmantes que le da el yoga, ahora más que en ningún otro momento del año.

Es importante tener en cuenta el momento del día que elegimos para pararnos sobre el mat. En las horas pico de calor es preferible mantenerse en lugares frescos y que nuestro cuerpo esté hidratado y reposado. Temprano por la mañana y al atardecer son los mejores momentos para ponerse a practicar. Si estás al aire libre, busca una sombra, si estás en una sala, procurá que esté ventilada pero siempre evitando los cambios bruscos de temperatura -personalmente, me inclino por no utilizar el aire acondicionado al hacer yoga.

Una práctica adecuada es la opción más conveniente y restauradora. Disminuí la exigencia. Evita las secuencias vigorosas y preferí posturas calmantes. Incluí una relajación más larga al final y escucha tu cuerpo. Descansa cuanto sea necesario. Las ásanas la respiración y la meditación siempre nos ayudan a sentirnos más calmados y enfocados.

A practicar!